La Musicoterapia Ancestral es la utilización de frecuencias, sonidos y vibraciones producidas por diversos instrumentos musicales originarios de culturas milenarias, como África, Australia, China e India. Estos sonidos y vibraciones son aplicados sobre el cuerpo físico, en puntos específicos del cuerpo energético, transmitiendo de forma directa al ser integro cuánticos beneficios, en niveles energético, celular, cerebral y emocional. Este es un trabajo vivencial de auto-conocimiento, armonización y relajación a través de estímulos sensoriales por medio del sonido y la vibración de los instrumentos musicales tocados en vivo, un proyecto independiente denominado “MusicAncestral”. Esta propuesta tiene como objetivo ser aplicada y moldeable a los requisitos y propuestas existentes como: trabajos vivenciales en grupos, cursos de introducción, terapia familiar, proyectos a empresas, muestras itinerantes, atención personalizada con seguimiento y evaluación.

En la práctica la Musicoterapia Ancestral es aplicada de forma grupal como de forma individual. Los conciertos con sonidos y vibraciones ancestrales son grupos vivenciales de meditación y armonización a través de la experiencia sonora y la ejecución de los instrumentos musicales en vivo. Se realizan de forma práctica, con los participantes acostados o sentados en colchones, en grupos de 10 a 20 personas y de forma pasiva estos reciben los sonidos y vibraciones junto con un trabajo de meditación, respiración y visualización asociado al trabajo sonoro.

Las sesiones individuales de Musicoterapia Ancestral consisten en la aplicación directa de vibraciones en puntos energéticos específicos, en el abdomen, pecho y alrededor de la cabeza, integrando a esto los sonidos provenientes de los instrumentos musicales tocados en vivo, ejercicios de respiración, consciencia de espacio y tiempo, meditación y visualizaciones, las que acompañan el trabajo sonoro, potenciando un profundo estado de relajación y ampliando las capacidades benéficas de las vibraciones sonoras sobre el cuerpo físico.


José Leonidas Jancidakis Arce.

11 de febrero de 2014

El Yidaki




El Yidaki es un instrumento de viento (aerófono) antiguo, utilizado por los aborígenes de Australia. Básicamente se trata de un tubo de madera que emite un sonido profundo cuando los labios vibran en el interior. Este instrumento más conocido como Didgeridoo en el mundo entero, fue bautizado así por los primeros occidentales que visitaron la isla. En decenas de dialectos aborígenes hay diferentes palabras para llamar a este instrumento, como por ejemplo: Yidaki, Ginjungarg, Eboro , Djalupu , Maluk , etc . El nombre más común utilizado por los nativos es Yidaki que significa " instrumento de conexión espiritual. " De acuerdo con los datos de algunas pinturas rupestres en el que el Yidaki aparece retratado, tendría una datación de aproximadamente unos 20.000 años, pero son los propios aborígenes los que afirman que el instrumento está desde el origen de todo. En sus orígenes, el Yidaki fue creado de troncos muertos de árboles, principalmente eucaliptos, estos se caracterizaban por ya estar vacíos en su interior por la acción de las termitas. Al limpiar el tronco se obtiene un tubo largo que emite sonido por la vibración de los labios en un extremo. Esta vibración, al ser amplificada por las paredes del tubo genera su fantástico sonido. Es posible modular la vibración moviendo los labios y la lengua o hasta incluso con las cuerdas vocales consiguiendo una gama más amplia de sonidos y vibraciones. Una de sus peculiaridades de este instrumento es que se puede tocar por un tiempo prolongado aplicando la respiración circular, que consiste en mantener continuamente una cierta presión de aire en la boca en cuanto se respira aire por la nariz. Esta técnica produce una sobre oxigenación que altera la conciencia, los aborígenes le llaman el “Dreamtime” o tiempo de los sueños, un espacio morfogenético al que acceden por medio de un trance prolongado, en el cual invocan las fuerzas de la naturaleza para comunicarse a través de largas distancias con otras aldeas, también lo utilizan para consultar a sus guías y guardianes, para curar o para obtener conocimiento. Las connotaciones arcaicas del sonido característico del Yidaki lo convierten en una excelente herramienta para la terapia de la música, tanto como para los que lo tocan, ya que se puede utilizar como una herramienta de sanación para guiar meditaciones personales observando constantemente el sistema respiratorio. También los beneficios de la vibración del Yidaki pueden ser aplicados a otras personas recibiendo de la misma manera todas las cualidades sonoras y vibratorias de este magnífico instrumento. Induce espontáneamente a estados de relajación profunda al mismo tiempo que guiamos el viaje y sus dinámicas a través del sonido, el ritmo y la respiración. En la aplicación terapéutica la vibración cumple un papel fundamental, ya que la vibración especifica del Yidaki está estrechamente ligada a nuestras vibraciones cerebrales, estimulando de forma externa las vibraciones Alfa que nuestro cerebro produce, al recibir el estímulo vibratorio el cerebro asimila las vibraciones y detona una relajación profunda de todo el cuerpo, además de relajar los procesos de pensamiento e inducir a un estado de vacío. Es en este estado donde nuestros hemisferios cerebrales se alinean por medio del cuerpo calloso  que es estimulado por la vibración, también la comunicación entre cada una de nuestra células resulta más efectivo, lo que nos da una sensación de claridad. En el aspecto místico este instrumento nos conecta con el espíritu de la madre tierra, son reiteradas las vivencias de personas que al escuchar este sonido en un trabajo de meditación o sanación tienen este retorno, que es el sonido de la Tierra, y posiblemente sea este el beneficio más trascendental, el re conectarnos con la fuente inagotable de vida que es nuestra madre tierra, pertenecemos a ella y somos parte de su biodiversidad, mismo asi el ritmo de vida moderno y la sociedad digan lo contrario, o se nos enseñe lo contrario, lo evidente es que mucho más que una fuente de recursos, nuestra madre tierra es una fuente de vida, nuestra casa.